EVITA QUE TU PERRO SEA UN “GUARRETE”

Publicado en Perros & Cía. nº 181 - Junio 2009

Los perros a veces tienen una conducta insólita: revolcarse en animales putrefactos o en excrementos, comer sus propias cacas o las de otros animales... Un comportamiento que, para nosotros, es muy desagradable, pero que tiene su explicación y la manera de prevenirlo.

REVOLCARSE EN INMUNDICIAS

Es una conducta instintiva, relacionada especialmente con el instinto el de caza. En los perros, el sentido más desarrollado es el olfato, y sus preferencias olorosas son muy diferentes de las nuestras. Lo que para nosotros apesta, para ellos puede ser un perfume embriagador.

Causas

- Disfrazar su olor para engañar más fácilmente a una posible presa.

- Para camuflar su olor ante cualquier depredador.

- Marcar territorio: el perro deja su olor en un lugar que huele fuerte a algo
desconocido, afirmando así su territorialidad.

Solución

La única solución que existe para este comportamiento es tener controlado al perro con una buena obediencia, y, cada vez que lo veamos muy interesado olfateando cualquier cosa, llamarle para que acuda a nuestro lado, premiándolo por ello.

LA COPROFAGIA

Comer las heces propias o de otro animal, es una conducta repelente pero bastante habitual entre los perros. Siempre que nos enfrentemos a un caso de este tipo hay que acudir al veterinario, porque es muy probable que el can sea portador de parásitos intestinales.

Causas

- Haber vivido de cachorro en un lugar sucio. Algunos cachorros, estando encerrados, lo único que tienen para jugar son los excrementos.

- Para eliminar posibles rastros. En los primeros días de vida, la madre ingiere las cacas de sus cachorros para mantener limpia su zona de crianza y eliminar el rastro.

- El perro puede encontrar algún elemento nutritivo de su agrado en las heces de otro animal (perro, gato, persona, etc.)

- Si el perro está sólo mucho tiempo, como respuesta a una situación de estrés o por aburrimiento, puede jugar con sus heces y acabar comiéndoselas.

- También puede ser una conducta reforzada involuntariamente por el propietario, si castiga al perro acercando el morro a sus cacas: puede entender que ha de comérselas para evitar el castigo.

Soluciones

- Impedir que el perro tenga acceso a las heces llevándolo sujeto con correa durante los paseos, reprendiéndole si intenta comérselas.

- Aplicar productos picantes (tabasco, pimienta), desagradables para el perro, sobre las cacas para que asocie su ingesta con ellos.

Educación y adiestramiento canino JR Batallé