GUÍA PARA ADOPTAR UN PERRO

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La protectora APASA, por problemas económicos, se queda sin albergue para seguir cuidando de perros y gatos abandonados y conseguirles una nueva oprtunidad. Aún quedan muchos que necesitan una casa de acogida o una adopción. APASA es una de las protectoras más serias y responsables de esté país. Lo se, porque los conozco y colaboro con ellos en lo que pueda. Su gran preocupación es el destino de los animales que acogen, antes que les cierren el albergue. Esté artículo que escribí porque me lo pidió la revista Pelo Pico Pata, lamentablemente desaparecida porque esto de la prensa en papel ya no da dinero, (siempre el dinero lo estropea todo), espero que ayude a una adopción responsable Y a esas personas responsables está dirigido. A la buena gente.

La adquisición de un perro para que forme parte de nuestra familia siempre es una gran responsabilidad. Tanto si lo compramos en una tienda o criadero, como si lo adoptamos de un refugio, es imprescindible que nos lo pensemos mucho antes de tomar la decisión.

Existe la creencia que los perros que están en los centros de acogida, refugios o perreras suelen ser problemáticos en su conducta, pero no es así. La gran mayoría de animales que han sido abandonados suelen ser muy cariñosos y agradecidos por haberles dado una nueva oportunidad. Si bien es cierto que algunos canes pueden haber sufrido experiencias traumáticas que han influido en su comportamiento, con un poco de paciencia y sobre todo mucho cariño por nuestra parte, todos los perros son capaces de adaptarse perfectamente a su nueva vida.

Una decisión muy importante
Si tenemos la intención de adoptar un perro lo primero que debemos hacer es hacernos una serie de preguntas:

¿Por qué queremos un perro? ¿Cómo repercutirá en nuestra vida la llegada de un animal a nuestro núcleo familiar? ¿Tenemos el tiempo necesario para pasearlo y jugar con él? ¿Nuestro trabajo nos obligará a que se pase muchas horas solo? ¿Toda la familia está de acuerdo en cuidar del can durante quizá, más de 15 años de vida? ¿Estamos dispuestos a sacrificarnos en vacaciones por no poder llevar al perro con nosotros a según que lugares? ¿Hemos pensado en los gastos de alimentación, veterinario, peluquería y utensilios que necesitará toda su vida?  ¿Tenemos la paciencia y experiencia suficiente para solucionar problemas de adaptación o de comportamiento que puedan surgir tras la adopción?

Después de reflexionar sobre todos estos asuntos deberíamos pensar en que tipo de perro es el más adecuado para nosotros. Es muy distinto adoptar un cachorro o un perro adulto, uno de tamaño pequeño o uno grande, que sea de raza o mestizo, macho o hembra, etc. Nuestra decisión también depende de si en casa tenemos niños pequeños, personas mayores, otro perro u otros animales.

En los centros de acogida siempre hay voluntarios que pueden asesorarnos sobre estos temas y ayudarnos a conseguir el perro adecuado. Por lo tanto no hemos de extrañarnos que al consultarlos nos pidan mucha información sobre nuestra rutina diaria.

¿Perro adulto o cachorro?
La decisión de elegir un cachorro o un perro adulto es importante y conviene informarse sobre las ventajas e inconvenientes de adoptar un perro de cada una de esas edades.  

El cachorro es más juguetón, pero durante los primeros meses deberá estar más vigilado y habrá que tener más paciencia con él. Ha de aprender a hacer sus necesidades en la calle y además, durante la fase en que cambia los dientes, tenderá a mordisquear todo lo que encuentra.

Un perro adulto, generalmente ya sabe donde hacer sus cosas y es muy probable que conozca algunas normas de educación y disciplina. Además, conocemos cómo es su carácter y su tamaño definitivo.

Hay mucha gente reacia a adoptar perros adultos, porque creen que han sido abandonados por su mal comportamiento y que la convivencia puede ser muy complicada; pero en realidad, el periodo de adaptación de éstos suele ser más corto que en el caso de los cachorros. Además, tanto un cachorro como un adulto pueden haber tenido malas experiencias en su pasado. Cada uno de ellos tiene su propia historia, pero todos están igual de necesitados de atención y cariño.

Los centros de adopción
La mayoría de centros de acogida de perros exigen una serie de requisitos para asegurarse del éxito en la adopción de los animales recogidos. Es un proceso que, aunque nos pueda parecer algo engorroso, es muy necesario. Hay que tener en cuenta que hay gente que decide adoptar sin haber pensado bien los pros y contras de convivir con un perro, e incluso solo acuden a un refugio para ahorrarse algo de dinero. Lo que puedan cobrar los centros de acogida por la adopción de un perro o gato es mínimo y corresponde a los gastos veterinarios de vacunación, desparasitación y esterilización del animal.

Además, en algunos casos, las personas que trabajan en estos centros conocen el pasado del animal y nos pueden informar sobre su comportamiento frente a otros perros, niños, gatos, etc., y si es necesario, asesorarnos en la adaptación a su nuevo hogar.

Muchos refugios dejan abierta la puerta a la posibilidad de devolución del perro si no se adapta, ya que su prioridad es garantizar el bienestar del animal. También suelen hacer un seguimiento que tiene como finalidad garantizar que el perro esta bien y que el adoptante está cumpliendo con las normas del contrato de adopción.

Preparando el gran día
Una vez hayamos decidido que tipo de perro es más conveniente para nosotros, es el momento de acudir al refugio a conocer a quien será nuestro nuevo compañero perruno.

A la hora de elegir el perro es necesario que nos tomemos nuestro tiempo. Una elección precipitada nos perjudicaría tanto a nosotros como al animal. Todos los refugios serios estarán encantados de ayudarnos y solucionar todas las dudas que tengamos antes de tomar la decisión final. Adoptar un perro basándonos en un sentimiento de lástima no es lo mejor para el animal. Muchas personas escogen los perros de forma impulsiva, basándose en sus emociones y por desgracia muchos de esos perros vuelven al refugio más pronto que tarde. Tampoco debemos elegir al animal sólo por lo bonito que es. Su forma de comportarse es mucho más importante que su aspecto.

Es muy probable que sea el perro el que nos elija a nosotros. Debemos fijarnos atentamente en su mirada, pero no ser impulsivos. Muchos de los animales de un refugio tienen una mirada triste e implorante que nos rompe el alma. Pero seguro que alguno de ellos nos dirá algo más.

Lo ideal es visitar varias veces al perro elegido en el centro y llevarlo a dar un pequeño paseo para que se acostumbre a nosotros y podamos ver sus reacciones y su comportamiento fuera de la jaula. Es importante que el perro pueda conocer a todos los miembros de la familia, y si se da el caso, el otro compañero canino con el que convivimos.

Cuando ya tengamos a nuestro nuevo perro, es recomendable dar con él un largo paseo para conocer sus reacciones en la calle y cansarlo lo suficiente para que cuando llegue a casa tenga ganas de estar tranquilo y descansar.

En nuestro hogar debemos haber preparado su “ajuar” con su cama para descansar, sus juguetes, los recipientes de comida y agua y haber escogido el sitio donde queramos que se sienta más seguro y tranquilo. Es importante dejar que explore toda la casa sin agobios, habiendo cerrado las puertas de las habitaciones que prefiramos que de momento no entre, y no atosigarlo con mimos y carantoñas, por muy encantador que sea. Quizá nunca haya sido tratado con mucho cariño y pueda sentirse acosado. Debemos darle tiempo y espacio para que se vaya acostumbrando a su nueva casa y a su nueva familia.

Algunos perros de refugio, ademas de haber sido abandonados, han sido maltratados por sus antiguos dueños y puede que se muestren algo miedosos con su nueva familia. En estos casos no hay que forzar el acercamiento. Es preferible esperar a que sean ellos los que vengan hacia nosotros. También es aconsejable que se vayan acostumbrando a la soledad progresivamente. Hay animales abandonados que suelen tener miedo de pasar por ese trauma de nuevo y sufren de ansiedad por separación de sus dueños. Es necesario hacerles comprender que las separaciones serán solo puntuales.  

La gran mayoría de los perros de los centros de acogida han tenido una historia muy triste. Algunos han sido maltratados o abandonados por propietarios que se habían cansado de la novedad, o que simplemente no tenían tiempo para ellos. Estos perros no suelen tener problemas de comportamiento. Los problemas de conducta los tenían sus antiguos propietarios. A diferencia de los humanos, no existe ningún perro que no pueda reeducarse.

Javier R. Batallé

THE INDIAN HUNTER (Central Park, New York)

John Quincy Adams Ward (1867)

Esta estatua de bronce creada por John Quincy Adams Ward (1830-1910), representa un cazador nativo americano que arco en mano, sujeta a su perro de caza. Fundida en 1866 fue la primera escultura de un artista estadounidense que se colocó en el Central Park de Nueva York.

Posted on May 15, 2018 .

MEL & ANDREU BUENAFUENTE

Andreu Buenamente es humorista, presentador y productor de televisión, pareja de la actriz Silvia Abril y además tiene un perro de cinco años llamado Mel, un setter irlandés al que le gusta tanto comer como dormir.

Podéis conocer más sobre su perro Mel en su magnífico blog. Uno de los posts que más me han gustado del genial humorista es el titulado “Pajaritos por aquí, pajaritos por allí” donde me permito la licencia de publicar un fragmento:

Cerré mi campamento de observación y me tomé un café siempre con mi fiel perro al lado. Ayer me dijo: "¿Tú crees que de verdad todos somos iguales ante la ley?". No supe qué contestarle y cambié de tema. Acabamos hablando del Barça, del Papa, de Feijóo, del Rajoy "plasmado" y muchas otras cosas. "Bueno, me voy a trabajar", le dije para concluir. "Vale. Pero recuerda: los animales no hablan", sentenció. Acto seguido se lamió sus propios genitales.

Posted on May 1, 2018 .