CÓMO CONVIVIR CON MÁS DE UN PERRO Y NO VOLVERSE LOCO

Publicado en Pelo Pico Pata nº 111 - Enero 2015

Mucha gente adquiere un nuevo cachorro como compañía para el perro que ya tienen o, sencillamente, porque les gustan tanto los perros, deciden convivir con más de uno. Antes de tomar una decisión al respecto deberíamos tener en cuenta algunas cosas.

PERROS VS PERSONAS
Cuando convivimos con un solo perro, sea cachorro o adulto, el entorno social del animal es mayoritariamente humano y al perro no le queda otro remedio que adaptarse a “nuestros modales” y a unas reglas básicas de convivencia. También debe aprender a comunicarse con nosotros e intentar entender lo que queremos de él.

El perro se habitúa a nuestra rutina, a nuestros horarios y a jugar con nosotros, con nuestras reglas del juego. Hay que tener en cuenta que nuestra mascota no tiene nada más que hacer que observarnos. No trabaja, no estudia, no sale a pasear solo por la calle, ni se va de compras. Aparte de comer, dormir, jugar y buscar nuestra compañía, su “trabajo” es intentar adivinar que es lo que hacemos en todo momento. Y aprende rápido. Aparte de las esporádicas salidas al parque donde puede y debe interactuar con otros amigos caninos, la relación con la familia humana es la más intensa y prolongada.

Pero cuando un nuevo perro llega al hogar, el perro ya tiene un amigo que “habla el mismo idioma” y con el que puede compartir los mismos juegos. No tiene la necesidad de aprender las rutinas humanas.

Esta situación provoca que los perros aprendan más a relacionarse entre ellos que con nosotros. Lo normal es que los lazos entre los dos canes sean más fuertes que los que establecen con sus dueños. Los perros suelen expresar mejor y con mayor libertad sus conductas caninas interactuando entre ellos y comunicándose de una manera más fluida. Si hay más de un perro con un solo dueño, esta circunstancia se agudiza más que cuando la convivencia es de una pareja con dos perros, donde hay un empate técnico.

Aunque esta situación no es un gran problema, es aconsejable tomar medidas para prevenir alguna “revolución canina”. Lo más indicado es dedicar un tiempo cualitativo con cada uno de los perros por separado. Jugar con ellos juntos y por separado, pero poniendo nosotros las reglas del juego. Esta claro que la manera que tienen los perros de jugar entre ellos suele ser demasiado brusca para nosotros, sobre todo si tenemos niños pequeños o personas mayores en la familia.

PASEAR CON MÁS DE UN PERRO
Los paseos sujetos por la correa con más de un perro también suelen ser muy diferentes que con uno solo. Los perros no suelen caminar en paralelo con otros perros. Siempre habrá uno que quiera llevar la iniciativa y adelantarse. Suelen querer caminar tirando más de la correa como si estuvieran haciendo carreras.

Si se llevan los perros sueltos es muy frecuente que se olviden rápidamente que hay un dueño que los está esperando. La típica escena de dos perros amigos sueltos es ver a uno haciendo algo y el otro imitándole al instante; olfatean lo mismo; si son dos machos, orinan en los mismos sitios, cogen con la boca el mismo palo, etc.

Para corregir esto, lo mejor es enseñarles una buena obediencia, sobre todo para que acudan a la llamada y no tiren de la correa cuando estén sujetos. Y es importante adiestrarles en estos ejercicios primero por separado y después, los dos juntos. En el mercado existen correas y collares ajustables para llevar a dos perros a la vez.

CONVIVENCIA ENTRE LOS PERROS: ADULTOS, CACHORROS, MACHOS Y HEMBRAS
Los perros adultos y grandes en tamaño saben moderar su fuerza para adecuarla a sus compañeros de juego más pequeños. Además saben esquivar los pequeños pero habituales mordiscos de los cachorros durante el juego. Todos los perros de mayor edad y más experiencia ajustan su manera de jugar al de los cachorros, que aún desconocen las reglas del juego.

Cuando introducimos a un cachorro en un hogar con un perro adulto, hay que tener en cuenta que si el perro que ya tenemos es muy mayor, es muy posible que no quiera jugar con él, ya que las preferencias en el juego del pequeño suelen ser de una actividad frenética, casi desproporcionada a su tamaño y el animal de edad avanzada no estará para estas aventuras. En algunos casos, posiblemente le gruña o le de un revolcón y en otros momentos intentará esconderse en un lugar tranquilo de la casa para que el pequeño le deje en paz.

También hay que tener en cuenta el sexo de los dos animales. Hasta que el cachorro no madure sexualmente la convivencia entre ellos está libre de cualquier percance, pero cuando éste llegue a la edad adulta, puede haber problemas.

Si se trata de un macho y una hembra, es recomendable la castración de por lo menos uno de ellos, para así evitar posteriores problemas cuando la hembra entre en celo. Y si ambos son machos, la esterilización también puede ser recomendable para prevenir posibles problemas de competitividad o de jerarquía.

Si tenemos dos perros machos no castrados, debemos estar pendientes de como se desarrolla la estructura jerárquica entre ambos. Generalmente, si los dos son cachorros, el estatus jerárquico se va estableciendo de forma paulatina y tranquila y no suele haber problemas. Es en el caso de adquirir un nuevo perro ya adulto cuando deberemos tener más cuidado y quizá, la castración de uno de ellos podría ser una buena solución.

En el tema de la castración hay que recalcar algo importante que muchos propietarios desconocen: lo recomendable no es castrar al perro que manifiesta dominancia, sino todo lo contrario. Si esterilizamos al animal dominante, lo único que conseguimos es equilibrar fuerzas y tendencias a dominar. Si se castra al menos dominante, la jerarquía se hace más estable.

Cuando se trata de la adquisición de dos cachorros a la vez, hay que tener en cuenta que si son hermanos de camada, los lazos que han establecido entre ellos serán aún más intensos. Pero además, por los problemas antes mencionados, también debemos vigilar como se desarrolla su convivencia cuando llegan a la edad adulta. El hecho de que sean hermanos no impide que pueda surgir algún conflicto jerárquico y, si son macho y hembra, el problema del celo en la perra sigue siendo el mismo que si no fueran familia.

La castración es más efectiva si se realiza a una edad temprana. Lo mejor es consultar al veterinario para que nos indique cual es el mejor momento.

¿Y LAS VENTAJAS DE CONVIVIR CON MÁS DE UN PERRO?
Para nosotros, la experiencia que supone convivir con dos o más perros es completamente diferente a la de tener un solo perro. Pero para los perros es aún más gratificante. Entre algunas de las muchas ventajas que resultan de adquirir más de un perro están las siguientes:

En primer lugar, se puede prevenir el problema de la ansiedad por separación, uno de los trastornos psíquicos que pueden sufrir algunos perros cuando se quedan solos en casa. El hecho de que nuestra mascota tengan la compañía de un amigo canino durante las largas horas de nuestra ausencia es algo muy importante para evitar los estados de estrés y ansiedad que ocurren cuando un perro pueda sentirse abandonado. En el caso de la ansiedad por separación hay que recalcar que un perro que ya la sufre no siempre la resolveremos adquiriendo un nuevo perro. Pero si que podemos prevenir este trastorno si ambos perros se hacen mutua compañía.

En el caso de adquirir un nuevo cachorro cuando ya tenemos un perro adulto ya educado, éste último nos puede ayudar a enseñar al pequeño las normas de educación. Los perros también aprenden por imitación y si por ejemplo, el cachorro ve que el adulto hace sus necesidades fuera de casa, tenderá a hacerlo también. También es frecuente que el perro de mayor edad regañe al pequeño en algunos momentos de juego demasiado violento. Si tenemos un perro bien educado, la educación del nuevo cachorro nos será más fácil.

Por lo tanto, convivir con dos o más perros puede crear algún contratiempo en la convivencia, pero si pensamos en la calidad de vida de los perros, el hecho de que puedan interactuar con los de su propia especie es algo muy positivo y que les satisface mucho: nunca están solos, pueden desarrollar sus conductas caninas y disponen de un compañero de juegos inigualable.

Educación y adiestramiento canino JR Batallé