TRUCOS PARA QUE TU PERRO SEA LIMPIO EN CASA

Publicado en Pelo Pico Pata nº 96 - Octubre 2013

La mayoría de perros aprenden rápido a hacer sus cosas en los lugares indicados. Con algo de paciencia y un cierto control de los hábitos de nuestra mascota es fácil enseñarle a hacer sus necesidades en la calle. Pero a veces, el comportamiento de eliminación del perro puede convertirse en un problema por un mal aprendizaje.

ENSEÑAR A UN CACHORRO: PACIENCIA Y CONTROL
Cuando llega un cachorro a nuestro hogar, normalmente debemos esperar un tiempo prudencial para sacarlo a la calle, hasta que no esté completamente vacunado y así, no correr riesgos de infección por algún virus. Hay que mantenerlo en casa y debemos enseñarle a que haga sus necesidades en el lugar que elijamos.
 
Los cachorros de menos de cuatro o cinco semanas no pueden controlar su vejiga ni su intestino y evacuan en cualquier lugar en el que se encuentran. Después de este periodo, todos los perros tienden a hacer sus necesidades en un lugar concreto pero no pueden preguntarnos: ”Por favor ¿el servicio?" Sería demasiado fácil. Así que normalmente los perros eligen a donde dirigirse cuando sienten la necesidad de evacuar.

El adiestramiento para que nuestro cachorro haga sus necesidades en el lugar adecuado, sea en la calle o en una zona dentro de casa con periódicos o algo similar es muy sencillo. En primer lugar hay que tener muy en cuenta un par de cosas:

  1. Un cachorro de dos meses necesita evacuar cada 2-4 horas si está despierto.
  2. Todos los cachorros evacuarán inmediatamente después de despertarse, después de una sesión de juego y después de comer y beber.

El tiempo que puede pasar después de cada una de estas acciones no suele superar los diez minutos. Por lo tanto debemos estar atentos para sacarlo a la calle o dirigirlo a los periódicos que hayamos dispuesto para recompensarle por hacer sus cosas en el lugar indicado.

Si no nos da tiempo de llevarlo a donde queremos que haga sus necesidades no hay que preocuparse demasiado y, sobre todo, no debemos castigarle. El cachorro está en un proceso de aprendizaje y no podría entender nuestro enfado por hacer algo tan natural como aliviarse. El castigo podría incitar al perro a hacer sus cosas a escondidas por temor a la reprimenda y su adiestramiento sería más complicado.

El mejor método: control de datos
La forma más rápida de enseñar a un cachorro a ser limpio en casa es llevar un control sobre su rutina diaria. Para ello es necesario controlar los horarios de salidas, comidas, momentos de juego, tiempos de sueño, etc.

Hay que tener en cuenta que a los perros les gusta la rutina para vivir tranquilos. Si hacemos un gráfico con todos los datos posibles sobre sus hábitos, podremos conocer en que momento evacuará y tener preparado lo necesario para que aprenda donde hacerlo. Es fácil. Sólo tenemos que anotar en un papel o en un documento tipo excel lo siguiente:

En la fila vertical poner las distintas horas del día. Por ejemplo 07.00h,  08.00h, etc.
En la fila horizontal escribir, por ejemplo: pipí casa, caca casa, pipí calle o periódicos, comida, salida a la calle, juego, sueño, etc. De este modo, y con una hoja diaria, en una o dos semanas podremos saber cual es el patrón de la conducta de eliminación de nuestro cachorro y actuar en consecuencia.

Pero ¿Qué podemos hacer cuando no tenemos tiempo para controlarlo en todo momento?
Muchas veces, por falta de tiempo o de paciencia, no podemos estar todo el día pendientes de nuestra mascota y una buena forma de controlar sus hábitos de eliminación es lo que generalmente se llama el “entrenamiento de jaula”.

Este método consiste en mantener al perro tranquilo y cómodo en un transportin mientras no podamos tenerlo a la vista. No es un castigo y el cachorro no ha de verlo como tal. Debemos acostumbrarle a qué mientras no juguemos con él, no lo saquemos a la calle o sencillamente porque queremos ver la televisión o leer un libro, descanse en su “jaula”.

Los perros son limpios (a su manera) y no suelen hacer sus necesidades en su lugar de descanso. Para ellos eso sería muy sucio. Lo único que debemos hacer es sacarle a las horas en que sepamos que debería evacuar, y después dejarlo suelto durante el tiempo que hayamos previsto que no lo hará.

El proceso para acostumbrar al cachorro a quedarse en el transportin debe ser lento y progresivo. Nunca debe asociarlo como un lugar de castigo, sino que ha de gustarle descansar en él.

La salida a la calle
Nuestro cachorro ya está vacunado y ya puede salir a la calle. Hemos conseguido que siempre orine y defeque en los periódicos y llega el gran día de sacarlo a la calle. ¿Qué puede pasar? Que nos pasemos más de una hora paseando al perro y cuando ya, cansados, volvemos a casa, nuestra mascota se relaje y haga un pipí largo dentro de casa. ¿Por qué?

No lo hacen todos los perros, pero es un problema bastante habitual. Hemos convencido al cachorro que hacer las necesidades en los periódicos es lo que deseamos y él se lo ha tomado muy en serio. Nuestra mascota piensa que hace lo correcto: “Mi lavabo está en casa y si hago pís en los periódicos, mis dueños están muy contentos. No debo hacerlo en otro lugar”. Además, es muy probable que no llegue a hacerlo en los periódicos, sino enseguida al entrar en casa. Posiblemente haya estado aguantando hasta llegar a su hogar.

La causa de esta conducta es que durante los primeros paseos por la calle, el cachorro está tan excitado que no se acuerda ni de hacer sus necesidades. Además, se siente cohibido: generalmente va atado de una correa y a todos los perros les gusta estar libres para hacer sus necesidades. Cuando llega a casa, se relaja, recuerda los premios que le hemos dado por hacer sus cosas en el sitio adecuado y se alivia.

Un truco para evitar este problema es simular una vuelta a casa: entramos en ella e inmediatamente volvemos a salir. Seguramente, el cachorro aguanta hasta la llegada a casa para hacer sus cosas, y se va relajando según volvemos. Si lo sacamos de nuevo, no podrá aguantarse más y acabará haciendolo en la calle. Es entonces cuando debemos premiarle para que se de cuenta de lo que realmente queremos.

LO QUE NUNCA DEBEMOS HACER
Es muy importante no caer en errores que sólo nos complicarían el aprendizaje para que sea limpio en casa. Por ejemplo:

  • Castigar al perro con el periódico: si intentamos que el cachorro haga sus cosas encima de los periódicos en un lugar de la casa, nunca debe asociar este material con algo peligroso. Si amenazamos al perro con un diario o damos un golpe con él, sólo conseguiremos que tenga miedo a los periódicos y no se acerque a ellos.
  • Lavar con lejía la zona donde se ha hecho pipí: la lejía, aunque sea un producto muy desinfectante, es muy olorosa y atraerá al perro a volver al lugar, e incluso, intentará esconder ese olor orinando sobre la zona limpiada.
  • Colocar los periódicos donde queremos que vaya junto a su comida o agua: los perros son muy limpios y nunca harán sus necesidades ni en su lugar de descanso (su camita), ni donde están su recipientes de agua y alimento.
  • Restregar el hocico del perro en la caca o pipí que ha hecho: esto es algo muy habitual y puede provocar que el perro acabe comiendo sus heces (coprofagia) para hacerlas desaparecer y esconderse a la hora de orinar. Mucha gente piensa que es un sistema que funciona y puede que en alguna ocasión lo haga, pero en la mayoría de los casos empeora el problema. El perro puede entender que lo que hace su dueño -muy enfadado acercando el morro a las deposiciones-, es pedirle que se las coma. Y además, si lo hace cuando el dueño no lo ve, no hay castigo, pues no se encuentra la “prueba del delito”.

Los perros no son vengativos: si encontramos un pipí fuera de lugar y no lo hemos pillado in fraganti, nunca debemos reprenderle. No lo entendería. Asociaría el castigo a otra acción más reciente, como por ejemplo, venir a saludarnos.

PROBLEMAS CON PERROS ADULTOS
Todos los perros deberían haber aprendido a hacer sus necesidades en el lugar adecuado antes de los seis meses de edad. Si no es así, el problema de la eliminación inadecuada es probable que se produzca por otras causas.

Entre ellas hay que destacar la marcación con orina por parte de perros machos, la incontinencia urinaria, y la micción por sumisión o excitación.

En el primer caso, la marcación puede arreglarse con la castración del macho, pues es una conducta territorial que suele desaparecer con la eliminación de la testosterona circulando por el cuerpo del perro.

La incontinencia urinaria es un problema más habitual en cachorros y en hembras adultas, con más incidencia en hembras castradas. Muchas veces solo son temporales, pero cuando son crónicas, lo único que podemos hacer es sacar más veces a la calle a nuestra mascota para que se alivie.

La micción por sumisión o excitación es un problema que afecta tanto a machos como a hembras y tiene bastante que ver con la incontinencia urinaria. Nunca debemos castigar a un perro por hacerse pipí cuando se excita al vernos llegar. Debemos tener en cuenta que el acto de orinar de un perro muy sumiso ante un miembro dominante es una forma de comunicación con la que intenta decirnos que se somete o subordina ante el miembro dominante de la manada.

No es difícil enseñar al perro a hacer sus necesidades en lugares concretos. Con paciencia y sobre todo con tiempo disponible para sacarlo a pasear, en muy poco tiempo conseguiremos educarlo. La prueba está en que la mayoría de los que tenemos un perro adulto ya no nos acordamos de como le enseñamos a ser limpia en el hogar.

Educación y adiestramiento canino JR Batallé