CUANDO UN BEBÉ LLEGA AL HOGAR

Publicado en Mallorca Diario Vip

Suele existir una gran preocupación entre los dueños de un perro con la llegada de un bebé al hogar. Surgen muchas dudas sobre si hay algún peligro en la relación entre el perro y el bebé.

La llegada de un nuevo miembro a la familia donde convive un perro puede traer algún conflicto y aunque no suele ocurrir, por si acaso, es importante planificar el tema de manera adecuada. Hay que tener en cuenta que el perro, generalmente, no sabe como actuar ante la presencia de un bebé que, además, va a quitarle el protagonismo que había tenido.

El perro suele sentir curiosidad por el bebé que acaba de llegar. Querrá olfatearlo, tocarlo y, sobre todo, los sonidos que emite el niño provocarán que se acerque a él para ver cuál es la novedad que llama tanto la atención de sus dueños.

La primera consecuencia, totalmente normal, es que los padres presten más atención al bebé que al perro, algo que hasta ese momento no ocurría. Antes de su llegada, el perro era el centro de atención. A partir de ahora deberá aprender a compartirla. Si antes los paseos eran sólo con sus dueños, ahora tendrá que aprender a pasear también con el cochecito del bebé.

La convivencia de un perro con un bebé no supone ningún problema. Algunas personas rechazan a sus perros por miedo a la conducta que el perro pueda tener, pero si se establece un protocolo para la presentación del bebé, todo saldrá perfectamente.

¿QUÉ HAY QUE HACER?

- Enseñarle a estar junto a la cuna vacía sin moverse y, si puede ser, con una toalla o pañal que huela al bebé, para así habituarle al nuevo olor.

- Hacerle participe de la ilusión de la llegada del bebé. Incluso antes de la llegada.

- Reforzarle todas las conductas que muestren tranquilidad cerca de la cuna y el bebé.

- Administrar al perro antiparasitarios internos y externos antes y después del nacimiento del bebé, porque tanto la madre como el niño tendrán el sistema inmunológico debilitado.

- Procurar seguir con la misma rutina que existía antes de la llegada del bebé.

¿QUÉ NO HAY QUE HACER?

- Excluir al perro de la novedad de la llegada de un nuevo miembro a la familia. No encerrarle ni separarle de la familia cuando llegue el bebé.

- No mostrarse nerviosos ni demasiado autoritarios cuando el perro se acerque al bebé.

- No darle al perro juguetes parecidos a los que pueda tener el bebé, como peluches u otros juguetes que emitan sonidos, ya que el perro puede confundirlos con el llanto del niño y además, pueden provocar que el perro intente apropiárselos.

- Permitirle que suba a la cuna.

- Atar al perro al cochecito del bebé, ya que puede resultar peligroso.

- Dejar al perro a solas con el bebé, ya que puede hacerle daño sin querer (subirse encima, poner su pata sobre él).

- Cuando el bebé empiece a gatear (que es cuando el perro se interesará más por él), no dejar que se acerque a su comedero, ni que el perro juegue de una forma muy brusca estando cerca.

Es normal que el perro tenga, al principio, celos del recién llegado por la atención que acapara, pero pronto los padres se darán cuenta que, como el bebé está en la cuna y no se mueve, no tiene ningún interés para el animal. Será cuando empiece a gatear, es decir, cuando se asemeje más a un cachorro, cuando perro querrá jugar con él.

No hay que tener ningún miedo de la llegada de un bebé a un hogar con perro, aunque si algo de precaución. La alegría que supone la llegada de un nuevo miembro a la familia podrá ser compartida tanto por los padres como por el perro si se hacen las cosas bien.

Educación y adiestramiento canino JR Batallé